Los relojes automáticos generan energía con el movimiento de su brazo, así que mientras lleve su reloj todos los días, probablemente no necesitará darle cuerda. Para explicarlo, su reloj automático tiene un rotor (a veces conocido como masa oscilante), integrado en el mecanismo. En algunos relojes es visible a través del fondo transparente de la caja. El rotor gira con el movimiento desu brazo, generando energía, que luego se transfiere al muelle real alojado en el barrilete. La energía almacenada en el barrilete se conoce como reserva de marcha. La reserva de marcha en nuestros automáticos puede oscilar entre unas 38 horas hasta cinco días si su reloj alberga uno de los mecanismos de la serie Calibre 400 de Oris. Sin embargo, hay que tener en cuenta una cosa. Si se quita el reloj durante unos días, es posible que se detenga cuando se agote la reserva de marcha. Al ajustarlo y volver a ponérselo, volverá a andar al girar la corona y girar el rotor. Aun así, se aconseja dar unas cuantas vueltas a la corona en el sentido de las agujas del reloj para que vuelva a funcionar. Por lo tanto, aunque no es necesario darle cuerda a un automático, puede hacerlo, y suele ser una buena idea cuando se reajusta el reloj tras un periodo sin uso.